La Viuda Alegre
Con traje que cubre hasta los pies y sobre el un manto grande, ambos de color de una noche tormentosa y cuando la luna está verde o sea en luna nueva hacía su aparición en la esquina, entre las calles Arequipa y Grau una señora de pequeña estatura que afirman se presentaba vestida de blanco. A veces se le ocurría pasear por las calles, acercándose a algún parroquiano o dejar que se le acerquen a ella; otras veces, ya rendida parece que iba a recuperar fuerzas sentándose en una banca del Parque.
En cierta oportunidad la señora encontró a don Bartolomé Chamaya en su casa de la calle Santa Clara, en paños menores, porque hacía mucho calor, don Bartolomé estaba en el quicio de la puerta de su casa. La mencionada dama lo invitó para que la acompañara. Aquel no esperó segunda petición y fue del brazo de ella. Pero después de haber caminado unos cuantos metros, el afortunado personaje se dio cuenta que don Chamaya iba en traje de Adán y con justicia tuvo temor. Las mujeres se cuidan hasta después de muertas.
Cuentan que cuando la mencionada mujer se veía muy sola, echaba a llorar con tanto sentimiento que parecía una criatura. En otra ocasión dicen que don Miguel J. Egart a quien llamaban cariñosamente el Zambo Egart se encontraba tomando licor en una tienda y al verse mareado salió para irse a su casa y al pasar por el parque vio a una señora sentada en una banca y para él fue todo un paraíso en esos momentos al verse los dos solitos, Egart acercándose le preguntó a la señora ¿qué hacía allí?, y si deseaba que la acompañara, empezando a llover los piropos y tantas cosas lindas por el zambo Egart que le seguía enviando palabras amorosas. Llegando al tamarindo rumbo a la Alameda y no la podía alcanzar y al darse cuenta adonde se dirigía nada menos que al cementerio; el zambo Egart sacó su revólver y disparó cinco tiros a este personaje invadido por un frío extraño, el valiente regresó decepcionado, levantándose muy temprano para componer el cuerpo con un guaracazo de yonque, juntos con sus amigos a quienes narró lo sucedido y ellos le informaron que era «La Viuda Alegre». Seguía la chupeta y las composturas de cuerpo en las madrugadas como de costumbre; el macho Egart enfermó y no duró ni cuatro días más. Se fue en pos de la viudita alegre. Y como la señora encontró su otro gil, se encuentra satisfecha y dejando a los lechuzones hacer sus correrías sin estorbo.
¿Y tú qué opinas de esta leyenda la Viuda Alegre?
También te puede interesar!
Te mostramos una lista que quizás te puedan interesar!

Museo Lítico de Pukara
El Museo lítico de Pucará expone variados objetos líticos encontrados en el complejo arqueológico. Dirección: Plaza de Armas de Pukará, provincia de Lampa Teléfono: (051) 328278 / (051) 363662...
Leer más

Museo Arqueológico Pre Inca Chiribaya
El museo aloja 270 piezas de labor cotidiana de la cultura Chiribaya como objetos de pesca, agricultura, cerámica, tejidos orfebrería en oro y plata, la cual se desarrolló entre...
Leer más

Danza abuelitos de Quipán
La danza abuelitos de Quipán simboliza el mestizaje y en su hermosa interpretación concurren sus raíces andinas y españolas.
Leer más

Playa las Viñas
Las Viñas es una playa que se encuentra en el litoral de la provincia de Huaral, en el departamento de Lima.
Leer más

Playa Chacra y Mar
Chacra y Mar es una playa que se encuentra ubicada en la provincia de Huaral, en el norte del departamento de Lima.